Débora

Por: Rebeca Argüelles de Manzanares

Su nombre significa “abeja”, en el sentido de movimiento ordenado y por sus instintos sistemáticos. Es probable que fuera una mujer muy organizada y ordenada en sus asuntos. Su esposo se llamaba Lapidot, cuyo nombre significa entre otras cosas “brillante, antorcha, relámpago”.

En el tiempo que ella fue juez de Israel, estaban subyugados por el Rey Jabín y su Capitán Sísara. Débora es una de las cinco mujeres que en la Biblia reciben el nombre de “profetisa” (también lo son Hulda, María hermana de Moisés y también la esposa de Isaías, aunque también está una mujer malvada llamada Noadías, en tiempos de Nehemías).

Es posible que Débora llegara al puesto de Juez, no por su propio gusto, pues, sus palabras para Barac demuestran que ella reconoció siempre que el liderazgo del pueblo debían llevarlo los varones. Por otro lado, en su cántico luego de la victoria sobre Sísara, ella dice que su función era la de una madre, y que con esa actitud cuidaba de un pueblo cuyos varones estaban faltos de coraje. Esto por ningún motivo debe ser trasladado al modelo de la Iglesia… nunca en el Nuevo Testamento se enseña que si los varones no toman su puesto de liderazgo, las mujeres deban ponerse a la cabeza. Eso es sacar de contexto el pasaje de Jueces.

Por otro lado, lo que ella hizo debe ser nuestro modelo a seguir en el sentido de que llamó a la persona a quien le correspondía dirigir y le hizo ver que no estaba cumpliendo con su deber como Dios establecía. Ella accedió a acompañarlo a la batalla, pero no como capitana del ejército, obviamente. También le advirtió que la gloria de la batalla sería de una mujer, pero no se refería a ella misma, como solemos pensar, sino a Jael, que fue quien mató a Sísara.

¿Qué de nosotras? ¿Cómo enfrentamos las cosas cuando nuestros esposos tienen temporadas en las que están apáticos en cuanto a sus deberes en casa y con los hijos? ¿Cómo nos comportamos cuando hay apatía de parte de ellos en sus deberes en la Iglesia? Ciertamente que no debemos suplantar el lugar que les pertenece a ellos… pero podemos hacer lo que Débora: orar por ellos, hablarles, acercarnos a ellos y hacerles conciencia del llamado al que se están rehusando y las consecuencias que eso les puede traer.

Además de eso, ¿cómo nos comportamos cuando ellos realmente están cumpliendo sus deberes? ¿Los apoyamos y los seguimos con buena disposición? Débora dice que su corazón estaba cien por ciento con los jefes de su pueblo, con los que voluntariamente se ofrecieron para la batalla (Jueces 5:9). ¿Es así nuestro corazón para con los líderes que Dios puso al frente de nuestra congregación? En Débora tenemos un gran ejemplo de sujeción y lealtad para el liderazgo de los varones, a pesar de que ella misma se vio en la situación de tener que ejercer autoridad, no lo hizo con actitud de jefe y siempre estuvo conciente que eran los varones los indicados para esa tarea.

Un pensamiento en “Débora

  1. Que difícil es NO suplantar al líder o cabeza de nuestra empresa ( llámese hogar, pareja, socio) y ver como esta errando y tratar de disuadir y en su momento defender los ataques de lis fe afuera cuando las cosas a toda vista están mal por sentido común, por mandato bíblico … Creo que es cuando tiene que demostrar madurez emocional para NO, asumir un rol que no corresponde como esposa en este caso y orar sin cesar para que Dios abra entendimiento y de la fuerza y dirección que se necesita

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